“Solamente quiero decirles que soy inocente,
que nunca cometí un crimen, a pesar de que algunas veces incurrí en
errores….soy inocente de todos los crímenes; no solo de este, sino de todos.
Soy un ser humano inocente” fueron las palabras de Bartolomé Vanzetti, de 39
años de edad, inmigrante italiano y de profesión vendedor ambulante de pescado,
a las cero horas y veinte minutos del día 23 de agosto de 1927 al momento de
sentarse en la silla eléctrica. A continuación, se dio la orden de activar la
descarga que terminaría con su vida.
“¡Viva la anarquía!” había gritado allí diez
minutos antes, previos a su muerte en la misma silla, Nicola Sacco, de 36 años
de edad, de profesión zapatero y origen italiano. Su cadáver se encontraba,
detrás de un biombo, en una camilla verde dispuesta en aquella sala de
ejecución.
La electrocución se llevo a cabo en la prisión
de Charlestown, Massachusetts (EE.UU.), fuertemente custodiada por unidades
policiales pertrechadas con fusiles y vehículos blindados. El despliegue
represivo, sin embargo, no impidió que en las inmediaciones de la cárcel se
reunieran miles de manifestantes que consideraban que el proceso contra Sacco y
Vanzetti, militantes anarquistas, había estado plagado de irregularidades y que
las pruebas aportadas en contra de ellos no eran suficientes.
Fotografia de Sacco y Vanzetti |
Los hechos
La detención de Sacco, que llevaba un
revolver, y Vanzetti tuvo lugar el 5 de mayo de 1920, cuando se encontraban en
una auto que había sido visto en las cercanías del lugar donde se había
producido el doble asesinato. Ajenos al crimen, lo que realmente preparaban los
dos arrestados era la organización de los actos de protesta por la muerte del
anarquista Andrea Salcedo que, según las autoridades, se había “suicidado” al
tirarse desde el piso 14 de las dependencias policiales en las que estaba
detenido.
Después de que, el 14 de julio de 1921, un
jurado declarara culpables a Sacco y Vanzetti de los asesinatos cometidos en
South Braintree, se sucedió un periodo
de seis años en el que su defensa presento diversas mociones para la aportación
de nuevas pruebas e interpuso varios recursos. Esto hizo que Alvan Tufts
Fuller, gobernador de Massachusetts, nombrara para estudiar el proceso a un
comité compuesto por Abbott Lowell, rector de la Universidad de Harvard; Samuel
Wesley Stratton, director del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y Robert
Grant, ex juez. Luego del informe, el 3 de abril de 1927, el magistrado Webster
Thayer sentencio a muerte a Sacco y Vanzetti.
Escándalo internacional
Protesta en contra de la sentencia |
“No tuvieron un proceso justo, porque tanto el
juez como el fiscal tenían prejuicios contra los extranjeros y los disidentes,
porque en el juicio domino un clima de histeria política. Se debe limpiar de
manchas e injurias, para siempre, el nombre de sus familias y el de sus
descendientes” fueron la palabras que pronuncio el 23 de agosto de 1977, en el
aniversario 50 de la ejecución, Michael Dukanis, gobernador de Massachusetts, y
candidato demócrata a la Casa Blanca en 1988, para reivindicar la memoria de
los dos inmigrantes italianos.
Años más tarde, en 1977, se inauguró en la
ciudad de Boston un bajorrelieve en memoria de los dos anarquistas, realizado
por el artista estadounidense Gutzon Borglum, autor de las enormes esculturas
de los presidentes norteamericanos en el Monte Rushmore, en Dakota del sur.
Borglum decidió esculpir ese bajorrelieve como
acto de desagravio por la negativa del de presidente Calvin Coolidge de no
conmutar la pena de Sacco y Vanzetti en 1927. Muerto en 1941, el artista
ofreció la escultura a Boston en repetidas ocasiones, pero las autoridades de
esa ciudad no la aceptaron hasta 1977, cuando ostentaba la alcaldía de la
ciudad Thomas Menino, de origen italiano.
Repercusiones en Argentina
Nuestro
país fue uno de los más importantes centros de protesta mundiales por su
numerosa colectividad italiana.
Las protestas más cruentas contra la ejecución
de Sacco y Vanzetti fueron perpetradas por el anarquista italiano Severino Di
Giovanni, quien escribió notas para su diario, Culmine, para el L’Aduanata dei
Refrattari, entre otros.
El 16 de mayo de 1926 hizo explotar una bomba
en la embajada norteamericana, cosa por la que fue detenido y liberado a las 48
horas. También hizo volar la estatua del general Washington el 21 de julio de
1927.
El día de la ejecución se declara un paro
general de trabajadores de 24 horas en Buenos Aires, la cual tiene gran
acatamiento popular. Incluso destruyo con una bomba, el 26 de noviembre de
1927, la tabacalera Combinados ya que la
viuda de Sacco le comento en una carta, que le envió después de la muerte de su
marido a Severino, que dicha cigarrera planeaba lanzar al mercado la marca de
cigarrillos Sacco & Vanzetti. También vuela las sedes de Citibank y el
Banco de Boston el 24 de diciembre de 1927.
En diciembre de 1928 el presidente
norteamericano Herbert Hoover planea visitar la Argentina y los anarquistas planean volar el tren en el
que viajara pero el operativo es descubierto y los conspiradores son detenidos.
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